La movilidad sostenible que plantea prácticas de traslado con impactos mínimos para el medio ambiente generalmente centran la atención en los tipos de vehículos utilizados y en la reingeniería estructural de las urbes, buscando centralizar las necesidades en espacios que no requieran gran esfuerzo en desplazamiento, economizando el consumo de energía y los impactos del traslado. Varias de las alternativas para lograr una movilidad sostenible demandan esfuerzos significativos y las carreteras se adaptarán para integrar este circuito.
El proyecto E-RoadArlanda, desarrollado en Suecia mediante la colaboración gubernamental junto con sus empresas locales dedicadas a la industria energética, es una carretera que permite recargar vehículos eléctricos mientras transitan por esta. La propia administración de trasporte sueca participa del proyecto, para lograr en el 2030, un sistema de trasporte público totalmente autónomo sin necesidad de combustibles.
Alrededor del mundo existen proyectos de movilidad centrados en las carreteras como solución, integradas a la tendencia y planes de utilizar trasportes netamente eléctricos e incluso a la distribución de energía limpia, sobre estas expectativas, resulta evidente que las propias carreteras tendrán sus implicancias. Otro ejemplo de lo anterior se refleja en China, en una de sus carreteras ubicada en Jinan, la empresa Qilu Transportation Development Group desarrolla lo que se considera como la primera carretera solar- eléctrica e inteligente (conectada a la red), esta no solo alimentará la iluminación a lo largo de su extensión, también pretende proveer energía a 800 hogares ubicados alrededor. En cuanto a lo inteligente, esta característica se basa en la capacidad que tendrá de brindar datos de navegación a los futuros automóviles autónomos y a los convencionales sobre tráfico, distancia, clima, entre otros.
En cuanto a la movilidad misma en pos a la protección ambiental, eje fundamental sobre el cual se sustenta esta idea, cabe resaltar la experiencia desarrollada en la amazonia ecuatoriana. En esta región, como respuesta a la controversia sobre crear vías para el desarrollo de poblaciones alejadas, versus el alto impacto ambiental que conlleva la construcción de carreteras, la solución fue Tapiatpia, un bote comunitario con paneles solares que recorre un total de 67 kilómetros bordeando poblados de difícil acceso. Kara Solar, es el nombre de este del proyecto dependiente de Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo (ALDEA) en alianza con los pueblos nativos de la mencionada región, que logró integrar soluciones sostenibles al creciente problema de la deforestación como excusa del progreso.